¿LOS MAESTROS ESTAMOS LOCOS?


¿LOS MAESTROS ESTAMOS LOCOS?

 ¡No, Creemos en una utopía!





Cuando era pequeña tuve un sueño bastante especial, caminaba de la mano de Jesús en un muelle, no  podía mirar su rostro solo podía mirar sus pies, mientras caminábamos él me hablaba y me decía que siga sus pasos, todos estos años trate de estudiar la biblia, llevaba cursos con los testigos de Jehová a los cuales admiro, pero mis sentimientos mundanos me azotaban y asaltaban pensando; ¡esto no es para mí!, hace poco comprendí después de casi 33 años de haber tenido este sueño, que mi destino no era ser testigo de Jehová o algo similar, porque la fe la podemos predicar de muchas maneras, y más que palabras es convertirla en un verbo, ahora al pensar porque solo miraba los pies de Jesús comprendí que estoy destinada a seguir sus pasos y convertirme en un verdadero maestro. Las maestras de educación inicial somos guardianas de la niñez, debemos velar por el bienestar de todos los niños que nos son encomendados, nuestra responsabilidad es inmensa y hoy más que nunca estoy convencida de que es una tarea divina.

Ser maestro en el Perú no es ganar dinero, es una de las carreras con la peor de las remuneraciones a nivel profesional, acapara la mayor parte de tu tiempo ya que tu horario de trabajo no está limitado con tu entrada y salida de la escuela, el docente es uno de los profesionales que trabaja en la escuela, en su casa y por poco sigue trabajando en sueños pensando en las cosas pendientes, planificaciones, evaluaciones, actividades institucionales, capacitaciones presenciales, virtuales, problemas de los alumnos y padres que muchas veces no ayudan ni valoran tu trabajo ¿Entones por qué quieres ser maestro?

Para ser maestro valga la redundancia tienes que tener “alma de maestro”, es un estilo de vida, es un llamado celestial, es un apostolado que parece estas destinado a seguir, ser maestro es como lo vi hace poco en una película: es un llamado de fe, de amor, de compromiso con la esperanza de un mundo mejor, ser maestro en mi país es una contribución con la sociedad y el mundo. Soy maestro porque soy utópica, sueño y creo que la existencia de este mundo merece personas que quieran hacer de el, algo mucho mejor, desde pequeña siempre he sentido este llamado ¿Estoy loca? No, soy creyente, creo en las personas, en la vida, en la fe, en la esperanza que mueve montañas y sobre todo creo en Dios que me da las fuerzas, la inteligencia y la perseverancia para hacer de lo que me gusta una profesión para mí, una vez escuche a un filántropo autodidacta del arte decir: “me pagan por hacer lo que más me gusta” ¡y me encanto! porque lo siento tal cual, me pagan por hacer lo que me gusta y mi profesión me hace feliz.

“Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como estos es el reino de Dios”

(Lucas 18:16)

Dedicado a todas mis amigas maestras que dejan su alma y vida en las escuelas.

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